EL ENCIERRO Y LA EXCLUSIÓN COMO SALUD MENTAL SON INACEPTABLES

PRONUNCIAMIENTO | ALAMES PARAGUAY

Unos 180 pacientes del Hospital Psiquiátrico ya pueden recibir el alta, pero no tienen dónde ir[1]. Con este titular un medio local recolocó esta semana un tema que, aunque para nada nuevo, no se ha instalado en la agenda pública: las políticas de salud mental en Paraguay.

Como ALAMES Paraguay nos parece importante analizar la nota de prensa. Según refiere esta, el Director del Hospital Psiquiátrico, de apellido Adorno, habría dicho que “180 pacientes crónicos que se encuentran en el área de estadía permanecen en el hospital sin poder ser derivados a otro sitio”. ¿Qué pudiera ser objetable en este relato, en apariencia, justo y demandante de justicia?

Pese a que luego les sea “una situación bastante complicada” como habría señalado su director Adorno, los hospitales psiquiátricos (también conocidos como hospitales monovalentes o manicomios) conducen irremediablemente a la cronificación de las personas que son llevadas allí. ¿Qué otro efecto que este puede tener un lugar depositario que prioriza el miedo, el encierro, la marginación y el aislamiento?

¿Cómo podemos seguir validando instituciones que se pretenden “terapéuticas” cuando marcan de por vida a las personas que son colocadas allí? La discriminación también se cronifica: nadie sale de la internación del hospital psiquiátrico sin la etiqueta, dada primero por la sociedad y después confirmada por esta institución, de “peligroso”.

El relato que se lee en la nota, además, pretende culpabilizar a “los familiares” de que estos -como se suele decir en esta institución- “abandonan a su familiar aquí”. Nos preguntamos ¿cómo es que la misma institución que sostiene, teoriza, y promueve el desarraigo y el encierro de las personas, luego se queja de que la gente vea como única alternativa el depósito de  sus familiares  en el manicomio, porque “ya no tiene remedio “ y solo el encierro y la medicación son los tratamientos que hasta ahora conoce?

Por otro lado, ¿cómo podemos  cambiar nuestro abordaje de la  salud mental, si el 60 % del presupuesto destinado a salud mental (de un insuficiente presupuesto  de la Salud Pública) es acaparado por el Hospital Psiquiátrico?¿ Cómo creemos que podemos acabar con el depósito de personas, si no estamos ofreciendo un modelo que integre a las personas a las familias, que los haga sentir como personas valiosas, que promueva el cuidado de la  salud  desde la misma comunidad , con un equipo interdisciplinario que pueda valorar todos los recursos  del entorno social, que no necesite recurrir a la medicación inhabilitante de manera compulsiva? Todo eso requiere otra mirada, otro compromiso y por supuesto inversión, para que este cuidado sea posible en todo el país y no solo alimentar un manicomio como “depósito  de locos”.

Cuando se está volviendo a discutir una posible ley de salud mental en el Parlamento, vemos esta nota como un intento de poner en valor un paradigma en salud mental centrado en el encierro y la exclusión, ya obsoleto que además está en función de ciertos intereses económicos particulares.

Abogamos por la superación de este modelo que despersonaliza, encierra y abandona, por la  construcción de otro modelo  que priorice los cuidados, la libertad, la construcción de vínculos en la comunidad  y el respeto absoluto de la dignidad humana.

Nuestra sociedad merece una política de salud mental en el marco de políticas públicas de salud integrales y un sistema de protección social que valore la vida de cada habitante de este país como ser humano/a con dignidad y derechos . No más Hospitales que degradan la condición humana.

ALAMES Paraguay

11 de febrero de 2022


[1] Diario Hoy. 09.02.21 https://www.hoy.com.py/nacionales/unos-180-pacientes-del-hospital-psiquiatrico-ya-pueden-recibir-el-alta-pero-no-tienen-donde-ir